martes

Sueños de tí...

En esta oportunidad les presento algunos escritos cortos, breves, que puede esten a medio camino entre una historia real y un pensamiento fugaz...

A veces quiero volver sobre mis pasos.
A veces quiero volver sobre mis pasos, no retroceder, sino recorrer de nuevo el camino pasado, me gustaría hacerlo desde el punto de vista de un espectador, ver las lagrimas caer sin sentirlas sobre mis mejillas, escuchar las risas sin que me duelan los pómulos de tanto sonreír, quiero verme cuando imagino utopías, quiero verme con la mirada perdida en las estrellas y ser ajeno a los maravillosos mundos se crean en mi cabeza, producto de miles de Big Ban simultáneos, mundos que nacen y mueren a la velocidad de un suspiro, quiero verme y no entenderme, quiero pensar de mi que estoy loco, que tengo cara de gafo cuando miro al cielo raso con cara de que en vez del techo veo las estrellas, quiero verme desde los ojos de una tercera persona y burlarme de mi cuando muevo la cabeza escuchando música imaginaria y decirme a mí mismo que me veo ridículo. Pero no puedo, porque en mi cabeza, en mi loco mundo, en mis miles de universos imaginarios todo esto tiene sentido…
06/10/08 12:11 a.m.
Noches de arabia.
Al recordar esas noches las siento revivir bajo mi piel, siento que mi nariz percibe de nuevo los olores de aquella pasión que nos cercaba y nos unía cada vez más. A veces, en mis locas ocurrencias suelo llamar a esas noches “Las noches de arabia” y entre recuerdos que se mezclan con sueños les agrego cosas que no fueron y les quito cosas que si, no busco hacer mis recuerdos más perfectos, todo lo contrario, quiero quitarles la perfección. A ver si me explico, los momentos contigo no eran todos buenos, habían sus momentos malos, de tristeza, sin embargo, para mi eran perfectos, tu sonrisa, tus lagrimas, tus gritos, tus silencios, para mi eran perfectos… Cuando los recuerdo se me eriza la piel, esta piel que ya no es la misma que tocaras otrora y que desea conocer tu tacto.

06/10/08 1:29 a.m.
Sinfonía de tí.
Hay momentos en los que suelo recrear la unión de nuestras almas, por ejemplo cuando escribo…Todo comienza con un momento de intenso deseo, el mismo deseo que sentía cuando te veía salir desnuda del baño, con la piel erizada por el frío, despreocupada, ajena a mis miradas y sin embargo muy consciente de ellas; muchas veces mientras estoy sentado pensando, en mi cama, viendo una película, o en el bus camino a mi trabajo suelo sentir ese mismo deseo, es deseo por ti, es deseo por verte salir del baño desnuda, es deseo por ver tu piel a contraluz y ahí descubrir todos los bellos que se erizan con el frío de la habitación o que tal vez se erizan por mi mirada lasciva… En esos momentos, al sentir ese deseo que me atormenta al no tenerte, siento la necesidad de escribir, de escribirte, así, en la coyuntura de mi alma con mi cuerpo va creciendo ese deseo, vibra mi alma y esta a la vez estremece mi ser de puro anhelo, anhelo de sentirte de nuevo, anhelo de revivirte en mis líneas, en mis letras. Suavemente vago por mis ideas y es como tocar tu piel húmeda, en mi mente voy componiendo una sinfonía de palabras para adornar tu ausencia, sinfonía que si estuvieras aquí se traduciría en un mar de caricias pausadas, suaves, eternas. Eres sinfonía de piel, carne, resplandor y huesos. Eres melodía de ideas, letras, palabras y sueños.

23/09/10 11:12 a.m.
Caminando en el jardín.
Te miro de lejos. Con el sol primaveral tus ojos brillan, eternos, tu silueta se perfila perfecta contra el verde jardín, una mano resbala descuidadamente sobre las hierbas encantadas, roza una de ellas y esta muere de alegría al no poder creer su afortunado destino. Te observo caminar por el jardín, tan ajena mi presencia y a la vez tan consciente de ella. Tu cabello resplandece, brilla insolentemente y baila al ritmo de tus acompasados pasos, veo tus pies descalzos hundirse en la grama húmeda, tus tobillos tensarse y tus brazos balancearse. Estás bailando y bailas para mi, bailas una serena melodía, un ritmo de sol, una canción de lluvia. En el momento exacto en que un colibrí que va recogiendo tu dulce aroma esparcida sobre las flores cual néctar aletea, me transformo en rocío de lluvia, viajo cabalgando en el aire hasta ti, te recorro completa, beso tus pies y tomo tus manos, duermo mil años detrás de la articulación de tu rodilla y al despertar me baño en tus ojos, vivo en ti y bailo contigo, vibro a tu ritmo y mato contigo a las hierbas encantadas. Ahora bailo contigo en el jardín, ya no te miro de lejos…
09/09/08 3:49 a.m.
A. Bolaños C.

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