viernes

"Sueño empañado por la realidad" ó "Un pie frío y el otro caliente"


Un sueño interrumpido... Abro los ojos aun adormecido, por un momento no se donde me encuentro, barro con la mirada el cuarto, buscando el televisor en la esquina, el cuadro de Starsky en la pared, busco mi biblioteca de idioteces y sueños y nada de esto encuentro, no están las palabras de Tolkien, ni las Cumbres Borrascosas, mucho menos las historias de Puzo, no estoy en mi cuarto, no estoy en Caracas, me encuentro mucho mas lejos y mucho mas arriba, poco a poco caigo en la realidad, el frío en mi brazo apoyado sobre la cobija y expuesto al heláje de la habitación me hace regresar y entender mi ubicación, con los músculos entumecidos me siento al borde de la cama, con ambos pies, uno descalzo y el otro enfundado en una media blanca de suave algodón, toco el suelo al unísono, una sensación punzante y desagradable en mi pie izquierdo me recalca la baja temperatura y me estremece mientras mi cerebro busca refugiarse desesperadamente en la calidez de mi pie derecho, de no haber tenido un pie refugiado en el calor del algodón y el otro desnudo, expuesto al gélido ambiente de las mañanas bogotanas, no habría podido apreciar el contraste de la situación...
Esta sensación me hace pensar en lo solo que me siento sin ti y en lo acompañado, abrigado, amado y pensado que me sentía a tu lado, hoy por hoy entiendo que de no ser por estos momentos, momentos en los que siento desamparo, soledad, no podría apreciar lo amparado que me sentía en aquella época... Como el ciego que no extraña los colores porque nació invidente, como el rico que no aprecia su fortuna porque nunca ha carecido de ella o como el artista eternamente fracasado que no extraña la fama porque sencillamente nunca la ha tenido, de haberse prolongado ese estado de exquisito regocijo, de alegría perenne en nuestras vidas jamás habríamos logrado apreciar lo que teníamos entre manos o mejor dicho lo que atesorábamos en ese espacio entre tu mirada y la mía, en los resquicios calientes y vibrantes que se formaban entre nuestras manos apretadas, entre tus labios y los mios y entre las palabras que se decían segundo a segundo nuestras almas en esa conversación eterna de susurros y risas ahogadas...
Ahora en mis recuerdos, aquel día de playa en el que te veía reír es mucho mas brillante, la noche en la que te llevaba a tu casa en aquel viejo taxi, mientras el aire se filtraba por la ventana, es mas fría, en los recuerdos que tengo contigo las sensaciones son mas intensas, los orgasmos me resultan mas explosivos y tu mirada mas transparente que nunca, tal vez es simplemente que ahora mi mundo es mucho mas gris, los sabores no son iguales, los orgasmos no son tan buenos, lo bueno de mi pasado a tu lado estropea mi presente...
Me levanto, por unos segundos mi vista trata de acostumbrarse a la oscuridad imperante tras la luminosidad de tus recuerdos que la dejaron deslumbrada, aun atolondrado, camino torpemente hacia al baño (dios! que helado esta el piso), un hombre se para frente a mi, tiene la barba rala y desordenada, el cabello corto, revuelto y una cicatriz temporal en la mejilla por culpa de la almohada, con ojos tristes me mira, busca en mis pupilas aquel que algún día fue y no logra saber si actualmente es mejor o peor, solo sabe que es diferente... El espejo es severo, mientras a uno se le va la vida en recuerdos y esperanzas, el se encarga de recordarnos quien somos el único día que realmente cuenta, el día de hoy, nos muestra las marcas de nuestro transitar por la vida sin la película deformadora de los recuerdos, el ayer no existe mas que en nuestros recuerdos muchas veces desfigurados en la bruma del tiempo, el mañana es una promesa a medio camino, que se cumple con cada segundo, con cada minuto que pasa y nosotros inconformes a medida que pasan los segundos le hacemos prometer un futuro cada vez mas extendido, sin darnos cuenta que el futuro que soñamos hace unos años atrás, que soñamos cuando fuimos niños o que soñamos ayer, se materializa ante nuestra mirada cada día, una mirada ávida de un día mas, un día que tal vez no llegará nunca, entonces, si cada día puede ser el último, si el mañana pronto se convierte en el ahora ¿Qué hago yo aquí, parado frente al espejo, viendo mi mirada reflejada en mis pupilas tristes, viendo mi barba crecer segundo a segundo, lentamente, mientras mi mente trata de viajar a los momentos que pasé contigo, que hago pensando en un ayer contigo, imaginando un futuro a tu lado, si el presente que me obsequia el presente es una soledad fría de una mañana bogotana, es un sueño interrumpido por la pesadilla de la soledad, es un pie caliente que se empeña en recordarme lo inmensamente frío que se siente su par...
Por cierto, ¿Qué estaba soñando?

...Tal vez soñabas con cuervos
A. Bolaños C.

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