He leído que el tiempo no es lineal, sino que los instantes son paralelos, se superpone el pasado y el futuro, tal como se alinean los escalones de abajo y de arriba en una escalera de caracol.
Y si es así, yo estoy escribiendo aquí, pero también estoy allá, la noche de un viernes entre octubre y noviembre, 9:30pm, sobre la 7ma, entre la 70 y la 70a. Esperando el transmi, el T13, para ser preciso. Voy al norte. A mi espalda la vitrina iluminada de una librería, manos en los bolsillos, frío bogotano. No pasa un alma, sólo carros a toda velocidad. Quiero estar en casa, pero los pesos no alcanzan para el taxi, y el T13 nada que aparece. No sé por qué siempre llego a esa escena, pero si sé que en algún lugar de este tiempo relativo, sigo ahí, manos en los bolsillos, cachetes helados.
Esperando.